Prerrequisitos para emprender

Esta entrada es parte de una serie, el primer post lo puedes encontrar aquí: Enprender o No emprender. Te recomiendo que empieces por el principio… En cualquier caso, a lo que vamos.

¿Qué se necesita para ser un emprendedor?

No, no estoy hablando de una idea genial, de espíritu aventurero ni de talento infinito, eso son chorradas y todo el mundo lo sabe, después de analizar mis 10 años como empresario/emprendedor, os dejo una lista corta de lo que si-o-si necesitas para emprender:

1.- Apoyo: si tienes pareja ten en cuenta que ella deberá estar dispuesta a mantener la familia con su trabajo (si lo tiene), a renunciar a estar contigo innumerables horas y a encargarse de todo y de todos en tu ausencia. Si no tienes una pareja tendrás que buscar los apoyos en la familia, pero si la tienes ten en cuenta que ella/el será el que más sufra con tu aventura. Si no consigues que entienda el concepto, quizá es hora de buscarse un trabajo y dejarse de quimeras.

2.- Decisión: a partir del momento en que decides emprender nadie te volverá a decir qué hacer, los aciertos y las equivocaciones serán solo tuyas. Puedes echarle la culpa al mercado, al tiempo o al gobierno, pero al final eres tu el que toma las decisiones, así que tienes que estar dispuesto a «apechugar» con ellas. Si eres de los que se consumen con cada decisión o intenta tener una justificación «perfecta» para cada paso que da… Olvídate. La vida es dura y hay veces que las decisiones hay que tomarlas sobre la marca. A veces una decisión poco meditada es mucho mejor que ninguna decisión.

3.- Fortaleza mental: si, la gente es muy mala, y contigo lo va a ser mucho más. Ser alguien que no sigue las reglas de los demás, que no soporta a jefes y que no tiene que hacerle la pelota a nadie te va a meter en problemas. Hablarán mal de ti, se alegrarán de tus fallos y minimizarán tus éxitos. Si este tipo de cosas te afectan, déjalo, en este mundo necesitas hacer ver que nada te afecta. Esto es algo que no es posible hacer con naturalidad, pero con el tiempo te va saliendo con menos esfuerzo.

4.- Fe infinita (que no ciega): debes creer en lo que haces, en porqué lo haces y en lo bueno que sería que todo el mundo usase eso que quieres hacer. Es más, debes creerte en la obligación de hacer realidad tu proyecto como una misión divina, cualquier otra cosa será como tener una afición cara, muy cara. Eso si, cuando finalmente el mercado te escupe a la cara y decide que prefiere hacer las cosas mal o seguir viendo telebasura en vez de escuchar una TED talk, tienes que saber cuando tu misión ha terminado.

5.- Paciencia: Roma no se construyó en un día, pero para los inversores esperan que en una semana les montemos un universo completo y que lo empecemos a llenar de seres inteligentes en menos de lo que dura una ronda de inversión… Va a ser que no. Si no tienes una forma de ganarte la vida y mantener calentito tu proyecto durante un par de años, mejor ni lo intentes. ¡Hasta facebook tardó 6 años en empezar a ser rentable!

6.- Buen humor… Esto ya es una opinión personal, pero sin sentido del humor la vida es muy aburrida… Y las aventuras empresariales más, así que si eres de los que llora más que ríe, tampoco es recomendable. Ten en cuenta que te estás embarcando en una actividad sin vacaciones, sin bajas, sin horarios y sin seguridad ninguna. Si no le ves el lado bueno, al menos ríete de ti mismo.

El resto…, eso de las capacidades de empatizar con la gente, de reclutar el mejor talento, de tener madera de líder carismático y esas cositas, bueno, son cosas que se dicen cuando ya se ha tenido éxito, y la mayor parte de las veces es simplemente mentira que se cuenta cuando no se quiere dar detalles escabrosos ni desanimar a las masas de emprendedores en ciernes.

Y este es mi último post de consejos, a partir del próximo os iré contando mi experiencia personal como emprendedor… Igual con eso tenéis más pistas…

La banca siempre gana

Esta frase, referida a los casinos, empieza a ser un clásico referido a las entidades financieras, iba a decir de nuestro país, pero estoy seguro que en otros países pasa tres cuartos de lo mismo.

671d110f60a7f61925c830a7362707e0_articleYa os he contado muchas veces que odio profundamente las labores de empresario que me veo forzado a realizar, y más cuando las cosas van mal. Esta vez me tocó ejercer de director financiero y ante las apreturas de tesorería (eufemismo para decir que las telarañas empiezan a abundar en la cuenta) me vi obligado a pedir una cuenta de crédito a La Caixa. El caso es que aporté la documentación y, aparentemente, me la concedieron sin demasiados problemas. Total, el interés que voy a tener que pagar es siempre más alto de lo que ellos pagan por el dinero (bien al BCE, bien a los ahorradores que tienen allí su dinero), pero no les basta con eso… Las comisiones por indisposición del crédito es de un 1%, ¡el doble de lo que pagan ellos por los depósitos de ahorradores! es decir, que si uso el crédito pago un interés «de mercado» y si no lo uso, por disponer de él en la cuenta estoy pagando un interés más elevado que el que ellos pagan a los que depositan su dinero… Un negocio redondo. Además, cobraban unas generosas comisiones de apertura y de estudio y me tocaba pagar a mi el notario (esos 30 segundos que dedica el menda a verte firmar un papel y que cobra a precio de estrella del rock).

Pero no bastaba con eso, no, una vez que la operación estuvo aprobada y concedida faltaba ver «la compensación», es decir, que la oficina, por sus santos cojones, me pedía una compensación adicional a todo eso… Y, ¿qué me planteaba? la constitución de una póliza de seguros que nada tenía que ver con la cuenta de crédito, el caso es que ellos pudiesen vender un seguro. Al principio creí que iba a ser algo simbólico, que sería una póliza de responsabilidad civil o similar que me costaría un par de euros al mes… Pues no, tenía que contratar la cojo-póliza de protección jurídica PYMES que salía por 24 Euros al mes… ¡Manda cojones! voy a pedir dinero porque estoy haciendo malabarismos para mantener a flote la empresa y estos vampiros con pintas no solo me sorben la poca liquidez que me queda en comisiones sino que además me obligan a contratar un producto que nunca he necesitado. Pero no creáis que me rendí tan pronto, no, intenté contratar algo más barato (si no quedaba más remedio) con menos coberturas, pero que sea asequible… Y nada, parece ser que el bonus de la interfecta que me atendía dependía de que yo contratase ese maldito seguro.

Echando cuentas, si no uso el crédito, me cuesta 900 Euros al año y si lo uso, bastante más… ¡Vaya ayuda!

No solo La Caixa (en este caso, que desconozco otros) abusa de su posición y cuela productos vinculándolos a otros que no tienen nada que ver, sino que, además, no tienen ningún reparo en colaborar a que las empresas pierdan liquidez mientras que ellos engordan sus bolsillos cobrando por NADA, no nos dan servicio e intentan convencernos de que nos están haciendo un favor y no solo te cobran comisiones sino que te exigen compensaciones… ¡Una verguenza!