La piratería no es el problema

Piratas

El mes pasado asistí a unos cuantos talleres y presentaciones en el FICOD (Feria internacional de contenidos digitales), además de un nivel importante en los invitados (abría la feria Tim O’Reilly) se trataron temas muy, pero que muy interesantes para cualquiera que pretenda tener presencia en el mercado de contenidos digitales. Os recomiendo que os apuntéis a la próxima (si es que hay próxima, con esto de los recortes).

Una de estas reuniones tenía el sugerente título de : «¿Cuál es el precio que los usuarios
están dispuestos a pagar por los contenidos digitales?
» y además había recibido una invitación, huelga decir que me presenté allí y ocupe una de las escasas sillas (mucha gente se quedó de píe). El informe que nos presentaron os lo podéis descargar aqui pero el análisis subyacente es bastante sencillo: La gente está dispuesta a pagar por contenidos digitales de calidad… Eso si, bastante menos que por sus homólogos físicos. Vamos, que quiere pagar menos por una descarga de película que por el dvd correspondiente y lo mismo con los libros, cosa lógica, por otra parte, si tenemos en cuenta que los costes de replicación y distribución tienden a cero en estos casos. Veamos una gráfica esclarecedora del informe:
Usuarios dispuestos a pagar en relación a los que descargan o reproducen on-line
En ella vemos como casi todos los que se descargan videojuegos (los hombres) están dispuestos a pagar y que todos los que descargan cualquier cosa, mayoritariamente querrían pagar por ello.

El informe también incluía otra gráfica con el precio que los usuarios estarían dispuestos a pagar por cada tipo de contenido y oscilaba desde los 2,5 Euros de una reproducción de serie de catálogo a los 14,65 por la descarga de un videojuego, pequeños, pero suculentos ingresos si los multiplicamos por los «millones de piratas» que la industria nos muestra día si y día también.

El estudio ahonda bastante más en muchos aspectos relacionados, como las características más valoradas a la hora de descargar o las perspectivas de los diversos mercados en cuanto a la distribución de medios digitales. Os recomiendo que os lo leais si tenéis un rato. Cuando terminó de exponernos el informe, quedé sorprendido porque la mayoría de la gente de mi alrededor asentía satisfecha por que alguien, por fin, les contaba cosas que todos podíamos entender. La pregunta obvia era, ¿y porqué la industria no quiere distribuir en digital? Dado que en FICOD había muchos afines a la literatura (entre ellos yo), alguien hizo la pregunta en alto ¿por qué las editoriales Españolas no aprovechan este filón digital?

Uno de los presentes, que era un editor ya entrado en años dijo que el negocio de venta de libros en digital era ruinoso, que no se vendía nada y que no se recuperaban los costes de la conversión y echaba la culpa a la piratería de ello… ¡no se puede competir con lo gratuito!… Este argumento, repetido hasta la saciedad se mostraba tan fuera de lugar ante el informe que habíamos escuchado que la discusión posterior adquirió un tinte de «sana indignación» por los autores y lectores que nos encontrábamos alllí.

El hecho es que la industria editorial española no ha tomado el pulso a la venta digital. Mientras que Amazon en EEUU vende un millón de kindles a la semana y vende muchos más libros digitales que en papel en España apenas se venden unos pocos miles de ejemplares por las paupérrimas plataformas Libranda o por independientes como publidisa.. ¿No hay demanda? No, no hay oferta. El catálogo disponible en digital es pequeñísimo, además, lastrado por un DRM caro y pesado y por esquemas de distribución heredados de la epoca del papel. Amazon, nada más llegar a España, ya está vendiendo libros digitales y, a buen seguro, ya ha vendido muchos más que Libranda.

Como diría Mourinho ¿por qué?… ¿Porqué los editores están regalando el negocio de la distribución digital al gran monopolio Americano?

La respuesta la obtuve días más tarde hablando con un librero (que vende por internet) y me lo dijo muy claro: Si de este libro se venden 5.000 ejemplares, sacando un beneficio X, para que el mismo libro en digital diese el mismo beneficio deberían venderse 50.000, y no hay suficientes lectores con suficiente tiempo para leer todos esos libros. Como las editoriales quieren seguir teniendo los mismos beneficios, pues claro, apoyar el libro electrónico se hace contraproducente.

En resumen: los que tienen que generar la oferta han decidido voluntariamente no generarla. La demanda, por su parte, no deja de crecer según se van vendiendo más y más lectores y tablets. Si la industria habitual no proporciona el producto que se demanda al precio que se cree adecuado lo lógico es que se busquen otras vías… Y esas vías, si señores, pasan por la descarga gratuita… Y es que, nosotros queremos pagar, pero si no es posible, como dice un amigo mio… haremos el mal.

Y si, además, hacemos limpieza del panorama artístico (como con la retirada voluntaria de Lucia Etxebarría), pues mejor que mejor.